¿No me crees? Piénsalo: cada vez que no respondes un mensaje, no entregas a tiempo o descuidas un detalle, estás comunicando algo.
Y créeme, no es positivo. El branding no solo se construye con lo que dices, sino con lo que no haces. Cada momento de silencio es una oportunidad perdida para dejar una impresión positiva.
Así que la pregunta no es si tu marca está hablando. La pregunta es: ¿qué está diciendo tu silencio?
Perder un cliente no significa el fin de tu negocio. Al contrario, te abre la puerta para trabajar con personas que realmente valoran y respetan lo que ofreces.
No te aferres a un cliente que afecta tu bienestar. Mantén una mentalidad abierta y confía en que siempre habrá más oportunidades que se alineen mejor con tus valores y estilo de trabajo.
Una puerta siempre abrirá otra puerta.
Dejar de intentar ser mejor que la competencia es liberador.
Libérate del ciclo infinito de mejoras marginales y enfréntate al reto más valioso: ser único. Piensa en Apple. No inventaron el teléfono móvil, pero sí crearon un ecosistema único alrededor de su producto.
Deja de ser una opción más en el mercado; conviértete en la única opción.
Tu marca no necesita ser mejor que la competencia; necesita ser diferente y memorable. Aquí te explico por qué.
Dejar de intentar ser mejor que la competencia es liberador.
Libérate del ciclo infinito de mejoras marginales y enfréntate al reto más valioso: ser único. Piensa en Apple. No inventaron el teléfono móvil, pero sí crearon un ecosistema único alrededor de su producto.
Deja de ser una opción más en el mercado; conviértete en la única opción.
La historia de tu marca es más que un relato, es una estrategia.
Si tienes una historia poderosa, puedes cobrar precios más altos y atraer a consumidores que se sienten identificados con tu visión. Piensa en la marca de café Blue Bottle. Su historia de origen es casi tan importante como la calidad del café que venden.
Una historia auténtica no tiene competencia.
La experiencia de usuario no es una adición; es tu marca.
Desde la interacción inicial en tu sitio web hasta el servicio postventa, cada punto de contacto cuenta. Un ejemplo es Amazon con su botón de "compra en un clic". Transformaron la experiencia de compra en línea haciéndola increíblemente sencilla.
Si la experiencia es única, los clientes volverán.
Tu producto no es lo que vendes; es la transformación que ofreces.
Piensa en servicios como Uber. No venden viajes en coche; venden comodidad y eficiencia. No se trata del producto, se trata del cambio que haces en la vida de tus clientes.
El valor está en el cambio, no en el producto.
Desafía el status quo, abraza tu singularidad y haz que tu marca sea irremplazable.
Hace mucho tiempo existió ese mundo, sin embargo nos vimos en la necesidad de crear las marcas para hacer más fáciles nuestras vidas.
Pero contrario a lo que podríamos pensar, las marcas no las crean las empresas, las crean los consumidores.
Las marcas son el mecanismo en el que nosotros como seres humano anclamos ideas y preferencias a las cosas, productos y personas.
A través de las marcas hacemos que sea más fácil tomar decisiones en el futuro. Analizamos una vez y anclamos esas ideas para después volver a ellas cuando sea necesario.
No podemos imaginar un mundo sin marcas, porque por naturaleza analizamos, juzgamos y decidimos.